El Parque está formado por los Arenitos, Lagoa Dorada y las Furnas. Se encuentra a 18 km de Ponta Grossa. Las lluvias y los vientos tallaron las figuras gigantescas en el arenisca.
"Itacueretaba, antiguo nombre del local hoy denominado Vila Velha, significa" ciudad extinguida de piedras ". Este rincón fue escogido por los primitivos habitantes para ser Abaretama, "tierra de los hombres", donde escondían el precioso tesoro Itainhareru. Teniendo la protección de Tupán, era cuidadosamente vigilado por los apiabas, varones escogidos entre los mejores hombres de todas las tribus. Los apiabas disfrutaban de todas las regalías, pero se les prohibía el contacto con las mujeres. La tradición decía que las mujeres, estando en posesión del secreto de abateta, lo revelar a los cuatro vientos, y llegando la noticia a los oídos de los enemigos, éstos tomarían el tesoro para sí. Si el tesoro fuera perdido, Tupã dejaría de resguardar a su pueblo y echaría sobre él las mayores desgracias. Dhui (Luis), fuera elegido jefe supremo de los apiabas, sin embargo, no deseaba seguir este destino, pues se trataba de un chunharapixara (mujeriego).
Las tribus rivales, al tener conocimiento del hecho, eligieron a la bella Aracê Poranga (aurora de la mañana), para intentar seducir al joven guerrero y tomar el secreto del tesoro. La elegida pronto conquistó el corazón de Dhui. En una tarde primaveral, Aracê vino al encuentro de Dhui trayendo una copa de Uirucuri (licor de butias) para embellecerlo. Sin embargo, el amor ya había tomado cuenta de su corazón no consiguiendo así completar la traición. Decidió entonces tomar la bebida junto con su amado, y los dos se amaron a la sombra de un ipê. Tupã pronto descubrió la traición de su guerrero y furioso provocó un terremoto sobre toda la región.
La antigua planicie fue transformada en un conjunto de suaves colinas. Abaretama se transformó en piedra, el suelo se rasgó en algunos puntos, dando origen a las Furnas, el precioso tesoro fue derretido formando la Laguna Dorada. Los dos amantes quedaron petrificados y entre los dos, la ataca quedó como símbolo de la traición. Dice la leyenda que las personas más sensibles a la naturaleza y al amor, cuando allí pasan oyen la última frase de Aracê: Xé tú qué (dormiré contigo).
De esta forma, se puede decir que las Leyendas y Manifestaciones Culturales se constituyen en un patrimonio que debe ser conocido, valorado y transmitido no sólo a los habitantes locales, sino a todos los visitantes que vienen a conocer la región, a divulgar la ciudad e incrementar la economía local.